Cada año, María y José, junto con muchas otras personas, viajaban a Jerusalén para adorar a Dios en el templo. En la Biblia leemos lo que ocurrió en uno de estos viajes.
Cuando Jesús tenía doce años, fue al templo (iglesia) de Jerusalén con sus padres José y María y con sus vecinos, como hacían todos los años.
Cuando llegó a Jerusalén, Jesús se dirigió al templo. Empezó a hacer preguntas y a hablar de Dios con los ancianos y sabios maestros.
Jesús los escuchaba mientras enseñaban y les hacía preguntas. Estaban asombrados de lo mucho que entendía este niño. ¡Entendía todo lo que dice la Biblia!
Cuando llegó la hora de volver a casa, todas las familias regresaban juntas. José y María pensaron que Jesús iba con algunos de sus amigos.
Al cabo de un rato fueron a buscar a Jesús, pero nadie lo había visto en todo el día. "Debe haberse quedado atrás", dijo José y se apresuraron a volver a buscarlo.
Buscaron por la ciudad durante mucho tiempo, pero al final encontraron a Jesús en el templo. "¿No sabíais que estaba en la casa de mi Padre?", dijo Jesús.
Se fue directamente a casa con ellos. Jesús siempre escuchaba y obedecía a sus padres. Y María nunca olvidó lo mucho que Jesús amaba la Palabra de Dios, incluso cuando era pequeño.