La Biblia nos cuenta cómo Dios le hizo saber al mundo que su Hijo había nacido.
De repente, todo el cielo se llenó de una luz muy brillante y la Gloria de Dios brilló a su alrededor. Los pastores se asustaron mucho.
La noche que nació Jesús en Belén, unos pastores estaban en los campos cercanos. Estaban sentados, cuidando tranquilamente a sus ovejas, para asegurarse de que estuvieran fuera de peligro.
Entonces apareció un ángel y les habló. "No os asustéis", les dijo. "Cuando oigáis la buena noticia que me han enviado a contar, vuestro corazón se llenará de gozo".
"En Belén ha nacido hoy el Salvador. Es Cristo el Señor y es el regalo de Dios para vosotros. Cuando encuentren a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre de heno, sabrás que esto es verdad".
Entonces el cielo nocturno se llenó de otros cientos de ángeles que alababan y agradecían a Dios, diciendo: "Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace".
Los pastores se apresuraron a llegar a Belén y buscaron hasta que encontraron al niño Jesús envuelto en pañales y durmiendo en un pesebre de heno, tal como les había dicho el ángel. Y les contaron a María y a José la buena noticia del ángel.
Después de salir del establo, los pastores contaron a todos los que encontraron sobre los ángeles y sus maravillosas noticias. El Salvador y Mesías prometido había llegado por fin. En Navidad seguimos recordando el regalo de Dios para todos nosotros.