Los_sabios_de_Oriente_buscan_a_un_ni_o_rey
La Biblia nos cuenta cómo Dios le dijo al mundo que su hijo Jesús, el Salvador del mundo, había nacido.
Unos hombres muy inteligentes de un lejano país de Oriente, estudiaban las estrellas y se emocionaron cuando una nueva estrella brillante apareció en el cielo. "Ha nacido un rey", dijeron, "Debemos ir a adorarle".
Los sabios empacaron las cosas que necesitaban para el largo viaje, junto con valiosos regalos para el rey recién nacido. Emprendieron un largo viaje en la dirección que indicaba la estrella, que brillaba tanto cada noche.
Fueron a buscar al niño rey al palacio del rey Herodes en Jerusalén. Los sacerdotes y maestros del rey Herodes dijeron que el Cristo nacería en Belén. "Vuelvan y avísenme cuando lo encuentren", dijo el rey Herodes con astucia.
Así que los sabios se pusieron en marcha hacia Belén. Vieron la estrella que brillaba en el oriente y se dirigieron hacia ella, hasta que estuvo justo encima de la casa donde vivían María y el niño Jesús.
Cuando María abrió la puerta, se sorprendió al ver a unos extraños tan importantes de tierras lejanas. Le dijeron que incluso habían estado en el palacio del rey Herodes para tratar de encontrar al rey que recién había nacido.
Los sabios se inclinaron ante el niño Jesús y lo adoraron. Sabían que era el Salvador y el Mesías prometido por Dios y le hicieron unos regalos muy especiales de oro, incienso y mirra.
Un ángel advirtió a los sabios que no volvieran a decirle a Herodes que habían encontrado al Rey prometido por Dios, porque intentaría matar al niño, así que los hombres sabios volvieron a sus tierras por otro camino.