Esta historia, que se encuentra en la Biblia, nos cuenta cómo Dios envió a su Hijo Jesús a vivir en nuestro mundo.
Durante mucho tiempo la gente había leído acerca de las promesas de Dios de que un día enviaría a su propio Hijo desde el cielo para gobernar la tierra y traer la esperanza y la paz, así que la gente esperaba y oraba.
En la ciudad de Nazaret vivía una joven soltera llamada María. Amaba a Dios con todo su corazón y era amable y buena. Dios envió al ángel Gabriel para decirle a María que iba a ser la madre del Salvador prometido.
"No tengas miedo", dijo Gabriel. "Eres especial y Dios te ha elegido. El Espíritu Santo de Dios te tocará y el niño que tengas será el Prometido que la gente ha estado esperando. Le llamarás Jesús".
"Dentro de tres meses, tu prima Elisabet también tendrá un hijo, aunque ya es demasiado mayor para ser madre. Para Dios, nada es imposible. Ve a visitarla", dijo el ángel.
"Haré todo lo que Dios quiera que haga", contestó María y se fue tan pronto como pudo a visitar a su prima en Judea. Elisabet tenía seis meses de embarazo, tal como había dicho el ángel. Fue un milagro y las dos madres dieron gracias a Dios.
José el Carpintero había prometido casarse con María algún día. Era un buen hombre, pero no sabía qué hacer con relación al embarazo de María, sabiendo que no era su bebé. Una noche el ángel Gabriel también visitó a José y le dijo que no tuviera miedo.
El ángel dijo: "José, cásate con María y cuídala bien porque es la joven pura que ha sido elegida como parte del maravilloso plan de Dios para ser la madre del Salvador del mundo. Su nombre se llamará Jesús".